jueves, 17 de enero de 2013

KEFTA DE LAS MIL Y UNA NOCHES

Además de las clásicas 1080 recetas de Simone Ortega, tengo un verdadero arsenal de libros de cocina. Algunos son de segunda mano, incluso comprados en viajes, y la mayoría son de cocina exótica, regional, internacional o innovadora. Reconozco que nunca sigo al dedillo ninguno de ellos, a veces por imposibles y otras porque no soy tan metódica. Me sirven para hacerme una idea general  que luego adapto y simplifico. Me gusta escarabajear entre ellos e imaginarme los diversos platos. De ese modo, hace ya tiempo, leí una preparación de carne picada de cordero adobada con menta que me llamó la atención. Era tan exótica que parecía sacada directamente de "Las Mil y una noches". Me imaginé a Sherezade, sentada noche tras noche al lado de su sultán, mientras le narraba sus hermosos cuentos con voz suave y sugerente. Él la escucha fascinado e intrigado, la historia le arrastra y se olvida del resto. El balcón está abierto, la ciudad se recorta blanca bajo el oscuro cielo en el que aún no hay luna. Las cortinas se agitan con el aire seco del desierto. En medio de esa calma, ambos se reclinan relajados sobre una pila de cojines de terciopelo con colores vibrantes, dispuestos al azar sobre la alfombra de seda. Junto a ellos, yace una bandeja de bronce repleta de frescas kemías, apetitosos mezzes y dulcísimos baklavas. El aroma de las especias flota a su alrededor e impregna la atmósfera de las historias.

A la hora de la verdad, al ir a reproducir la receta, ha ocurrido lo que suele ser habitual cuando se busca algo concreto entre los estantes: he sido incapaz de encontrar el libro original. Así que, con algo de memoria y un poco de investigación, me he inventado algo parecido que he pensado que podría estar bueno. Es fácil y rápida, además de diferente a lo habitual. El resultado final de la combinación de especias y picante con la carne de cordero no creo que tenga mucho que envidiarle al de la receta perdida (que seguro que aparecerá a no mucho tardar). Por si acaso no lo hace ¿qué mejor lugar para conservar la nueva versión que el blog?

KEFTA DE CORDERO

Ingredientes
Medio Kg de carne picada de cordero (se puede hacer con pollo o ternera, pero no combina igual)
1 cucharada de perejil
1 cucharada de menta
1 cucharada de cilantro (que no puedo usar porque a House no le gusta, pero que opino que le debe ir muy bien, así que lo dejo escrito para el que le guste)
1 cucharada de almendra molida
1 cucharadita de comino
1 cucharadita de canela
Un poco de azafrán
Media cebolla picada
Una cucharadita de salsa Harissa o una pizca de cayena molida (al gusto de picante de cada uno)
Pimienta y sal
El que sea fanático del ajo, y le siente bien, puede poner un diente bien picado. No lo necesita porque el aliño es ya bastante sabroso sin él.
1 huevo para ligar.

Elaboración
Combinar todos los ingredientes. Dejar reposar de media a una hora para que la carne absorba bien los sabores.
Preparar unas hamburguesas pequeñas.
Pasar por la plancha hasta que estén bien doradas por fuera.

Acompañamiento
Edmund Dulac - Sherezade
Sirve cualquier salsa de estilo árabe, suave, fuerte, dulce o picante según se desee. Combina bien con ensalada, con taboulé, y por supuesto tanto con Hummus como con Baba Ganoush, e incluso con una mezcla de ambos (una especie de Hummus preparado con el doble de berenjena que de garbanzos).

Otra opción sería un tipo de salsa de yogur, en este caso pongo la receta de una picante, aunque se puede preparar también algo tipo tzatiki (yogur, pepino rallado y escurrido, zumo de limón, ajo, menta y sal)

SALSA DE YOGUR CON HARISSA
Mezclar un yogur griego con un par de cucharadas de leche para rebajarlo. Añadir 1 cucharada de menta bien picada y 1 cucharadita de pasta harissa (picante). Rectificar de sal.

Sugerencias: La carne así especiada también es genial para preparar unos calabacines o unas berenjenas rellenas: asar la verdura, vaciarla y mezclar el interior con la carne salteada, rellenar de nuevo las cáscaras vacías y cubrir con queso rallado fuerte. Meter en el horno a gratinar para que quede una costra crujiente por encima. Otra opción es añadirle un poco de cebolla y unas espinacas y ponerla entre placas de lasaña o, siguiendo con la idea de las berenjenas, unas láminas de esta a modo de mousaka.

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