lunes, 14 de noviembre de 2011

Largos, larguísimos paseos

Una de las cosas que hacemos en vacaciones es pasear. En ocasiones, nuestras caminatas son algo más largas de lo que habíamos planeado inicialmente. Uno de aquellas excursiones memorables sucedió en nuestro viaje a Galicia. Aprovechando que en las proximidades de los equinoccios las mareas son más intensas, nos fuimos a Ribadeo para conocer la zona de la Mariña Lucense. El primer día nos lo tomamos con calma. Con el coche, nos fuimos hasta la playa de las Catedrales (foto) que es una auténtica maravilla. Recuerda mucho a Étretat, en la costa de Normandía, en la que estuve hace mucho tiempo y de cuyos blancos acantilados Monet tiene una serie de cuadros que me encantan. Una cosa está clara con respecto a ese genial pintor impresionista: sabía escoger los motivos de sus lienzos.
El segundo día decidimos dar una vuelta por la costa e ir paseando desde Ribadeo hasta Rinlo, un pueblo de pescadores supuestamente cercano. Lo de su proximidad descubrimos, cuando ya era tarde, que era muy relativa y comprendimos las miradas espantadas que nos habían echado en el hotel al comunicarles nuestras intenciones. Ese error en el cálculo de las distancias no es la primera vez que lo cometemos, pero ya contaré esa historia en otro momento. En realidad tardamos más de 2 horas en llegar (y ni del Dr. House ni yo caminamos despacio precisamente) bajo un hermoso cielo despejado que nos permitió disfrutar del precioso paisaje bajo un sol de justicia, al que el Dr. House es alérgico. Una vez llegamos al pueblo, nos informaron de que no había ningún medio de transporte para la vuelta, salvo nuestros doloridos pies. El hambre azuzaba e instigó nuestros pasos. Marchamos a ritmo de legionarios con lo que, si a la ida el trayecto nos había ocupado dos horas, en el regreso tardamos algo menos de 90 min.
Una vez de vuelta nos enteramos de que el FEVE, un tren de vía estrecha de la zona, sí que pasa por allí e, incluso, hace una parada cuando hay viajeros (lo que no debe ocurrir habitualmente). Así que, si alguna vez decidís ir de Ribadeo a Rinlo ya sabéis que hay más opciones además de la automoción. De hecho, los miércoles hasta hay un autobús (debido a que hay mercado en Ribadeo).  Eso sí, el paisaje del paseo por la costa es muy bonito, aunque el pueblo de Rinlo, en sí, no sea nada del otro mundo.

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