jueves, 19 de julio de 2012

BOMBONES CASEROS

Dentro de mi adicción al chocolate, se incluyen los bombones. No podía ser de otro modo ya que en ambos casos el cacao es su ingrediente principal. Desde pequeña, mis favoritos han sido los de licor (y eso que nunca he sido aficionada a las bebidas espirituosas), no sé si influida por su tamaño ya que apenas me cabían en la boca, y es imprescindible tomarlos enteros aunque sea a costa de ahogarse (una muerte dulce que merece la pena). No me van los más novedosos que tienen una capa de azúcar crujiente debajo del chocolate que encapsula el contenido líquido, sino esos con forma de cúpula envueltos en papel metalizado rojo o dorado, según el tipo de licor que alberguen en su interior. Hermanísima y yo, mientras los paladeábamos con cuidado de que no se escapase el líquido al morderlos, aprovechábamos para estirar, doblar y enrollar sobre nuestros dedos el llamativo envoltorio, a modo de sortija. Descubrir los de la bombonería Santa terminó de confirmarlos como los primeros de la lista. Claro que las rocas de esa tradicional chocolatería madrileña les hacen una digna competencia, por lo que también se sitúan en los puestos de cabeza de mis preferencias.

Una caja de bombones siempre me trae a la memoria a Forrest Gump y su dulce comparación entre la vida y las sorpresas contenidas en el chocolate. Claro que para los prudentes se hizo la tarjeta de la epicrita, con sus detalladas explicaciones, que permite gozar de antemano, aunque sea con la imaginación, los sabores de algunos, y también da pie para descartar otros, como los que llevan chocolate blanco en su interior, que es la forma perfecta de destrozar el cacao y convertirlo en un engrudo dulzón sólo apto para golosos del mero azúcar (y a los que no les va el chocolate negro por encontrarlo demasiado "amargo"). Sin tarjeta, la madre de Forrest tenía razón y nunca sabes lo qué te puede tocar. Algunos bombones son únicos y, tras probarlos, te entran ganas de correr a la pastelería a por más, al igual que ocurre con ciertas vivencias. En ocasiones experiencia y sabor son irrepetibles, como sucedió con unas deliciosas trufas de haba tonka que me regalaron desde Ginebra. No importa. La búsqueda de un tesoro similar no está, en absoluto, exenta de encanto y permite descubrir nuevos placeres durante las pesquisas.

La señora que viene a ayudarnos a casa, esta expresión es un eufemismo porque las labores domésticas no son algo que a House y a mí nos gusten, ni poco ni mucho, con lo que se las dejamos todas a ella, así que para ser precisa debería decir "que se ocupa" de la casa, prepara unos bombones que son un puro vicio. Pese a ser contundentes, que no empalagosos, están tan buenos que me tengo que contener para no terminar con ellos de una sentada (en realidad el que me contiene es House). Me aseguró que eran muy fáciles de realizar y realicé el experimento para comprobarlo. No se precisan moldes (como sucede con la receta que puse hace tiempo de los bombones de Antojo, más finos y elegantes, pero también más elaborados). Aunque no voy a negar que la mano experimentada de la cocinera influye en el resultado, sobre todo porque la práctica ayuda a calcular mejor las proporciones de chocolate y tropezones, que son un poco a ojo, los míos también salieron ricos al primer intento. Aquí dejo la receta para el que quiera ensayar (se tarda apenas 5 minutos, aunque lo malo es que, luego, hay que tener paciencia mientras se enfrían y se espera para comérselos). Eso sí, no me hago responsable del riesgo de sobredosis de calorías y de chocolate, de las transgresiones a la operación bikini, ni de las adicciones que se desencadenen.

TARTALETAS DE MÚSICO
Ingredientes
Chocolate negro Valor de envoltura roja o Nestlé negro de postres.
Moldes pequeños de papel rizado, similares a los de las magdalenas.
Piñones, pasas, avellanas y almendras.

Elaboración 
Poner dentro de cada molde 2 piñones, 2 pasas, una avellana y una almendra.
Fundir el chocolate al baño María (si se funde en el microondas no hay que dejarlo demasiado, sino que conviene vigilarlo y moverlo con frecuencia porque se derrite antes de lo que una piensa). 
Verter sobre las tartaletas hasta una altura aproximada de un través de dedo. Clavar una avellana o una almendra en el centro de la tartaleta de manera que se asome a medias, al igual que si de un iceberg se tratase, por encima del negro mar de chocolate. 
Enfriar en la nevera. 

ROCAS
Ingredientes
Chocolate negro Valor o Nestlé
Nueces partidas 
Avellanas picadas
All bran flakes (pueden servir los Special K)

Elaboración
Derretir el chocolate al baño María. 
Poner en un bol el resto de los ingredientes. Verter sobre el chocolate, en suficiente cantidad para que se queden bien todos impregnados, aunque conviene no pasarse o no se quedarán bien cubiertos (para una tableta de 200 gr hacen falta entre 100 - 150 gr de frutos secos y un puñado generoso de cereales)
Echar a cucharadas, en pequeños montones separados entre sí, sobre una bandeja antiadherente o sobre papel de horno. 
Dejar enfriar en la nevera para que se solidifique el chocolate y se peguen entre sí los tropezones que forman cada una de las rocas. 

1 comentario:

Apiciu dijo...

Muy interesantes los dos preparados.
Una cosa básica, que no se puede dejar de lado "La temperatura" tanto de cristalización, como de trabajo.
En estos enlaces:
http://la-cocina-paso-a-paso.blogspot.com.es/2012/01/bombones-caseros.html
http://la-cocina-paso-a-paso.blogspot.com.es/2010/12/bombones-home-made.html
http://la-cocina-paso-a-paso.blogspot.com.es/2009/05/bombones-y-chocolates-siguen-en.html
http://la-cocina-paso-a-paso.blogspot.com.es/2010/10/de-las-almendras-de-cacao-la-pasta-de.html
http://la-cocina-paso-a-paso.blogspot.com.es/2010/10/de-las-almendras-de-cacao-la-pasta-de.html
http://eventos-gastronomicos.blogspot.com.es/2009/04/taller-del-chocolate-y-bombon.html
Tiene bastante información. En el último enlace tiene un curso de iniciación con el chocolate.
Que pase buen día a pesar del gobierno.
Saludos