lunes, 6 de agosto de 2012

Cultivar "toda" la mente

Pin-up de Gil Elvgren
Cultivar la parte académica de la inteligencia puede resultar sencillo para algunos. Es cuestión de hincar codos: estudiar, leer, hacer trabajos, investigar. En resumen: encerrarse en un mundo propio, a solas con el intelecto de cada uno.

House tiene la teoría de que un exceso de inteligencia académica tiene su contrapartida en algún otro rasgo para equilibrar al ser humano dentro de la especie. Puede ser un trastorno de la personalidad ¿cuántas películas se han hecho basadas en genios obsesionados con su trabajo hasta niveles enfermizos que llegan al delirio y a la esquizofrenia?  Puede tratarse de algún tipo de patología, el ejemplo más claro de este caso que me viene a la cabeza es el Dr. Hawking y su esclerosis lateral amiotrófica. También la compensación puede hacerse a costa de la inteligencia emocional, el típico genio asocial.

Me surge la cuestión de que, al igual que cualquiera tiene que estudiar para alcanzar un mínimo académico y esto puede suponerle a cada uno un esfuerzo mayor o menor en función de sus capacidades ¿no se deberían dedicar a cultivar esa faceta de la mente los que, con una inteligencia brillante para los estudios no tienen la misma capacidad para las relaciones? Es cierto que el contacto con el resto del mundo es inevitable, pero en eso no consiste el aplicarse en esa asignatura. No se limita al roce para "pasar el trago" sino en alcanzar una auténtica interacción con el entorno: fijarse en los demás para aprender algo de ellos y utilizar esa sabiduría en futuros contactos. Se profundizaría en el conocimiento de las personas, estableciendo paralelismos entre rasgos comunes, al tiempo que se tomaría conciencia de las diferencias entre ellas, para así tratar a cada individuo en función de sus características. Hay gente con empatía innata y gracias a su don de gentes están a gusto en cualquier ambiente. Sin embargo hay otros con "apatía" en ese sentido y buscan la soledad y el aislamiento.

En los colegios, aunque se evalúa el comportamiento del niño, esta valoración no se hace en base a sus habilidades sociales. Hermanísima se pasaba en el pasillo varias horas todos los días a causa de su extrema popularidad. Yo nunca visité el despacho de la directora más que para ejercer de recadera de la profesora, que me enviaba allí por mi seriedad y, por supuesto, nunca me castigaron por mi mal comportamiento en clase. En ocasiones era algo charlatana, pero una simple llamada de atención era suficiente para corregirme. Mis notas de actitud eran tan buenas como mis calificaciones, mientras que las de hermanísima solían venir con una serie de amonestaciones y recomendaciones de puntos a mejorar. Está claro que esa manera de evaluación no era un buen termómetro de las aptitudes sociales de cada uno. La simpatía y la cordialidad natural de hermanísima superaba, con mucho, la mía y, paradójicamente, era mi comportamiento el que se suponía idóneo.
"Summer's story" Jeffrey T. Larson

Ahora que están de moda las encuestas para cualquier tontería, ¿qué ocurriría si la nota de inteligencia emocional la pusieran los compañeros de clase y hubiese un examen de recreo? Algunos habríamos tenido que hacer méritos, ¡y muchos!, para aprobar en la recuperación.

4 comentarios:

Carmen dijo...

¡Parece que me has leido la mente! En vista de que pensamos lo mismo, este año le pedí al orientador del centro que elaborara un sociograma para ver qué niños de mis clases estaban rechazados en los juegos, a la hora del recreo, a la hora de hacer grupos de trabajo etc. La realidad es que las cosas han cambiado bastante y normalmente los niños que son considerados líderes (al menos en mi clase) son los que tienen buenas notas y además son buenos compañeros y buenos en deportes (en el caso de los chicos, el fútbol).
Como ya no se puede sacar a los niños al pasillo (porque si hacen alguna fechoría, la fechoría en cuestión es responsabilidad del profe que los ha sacado), los niños "más sociables" no corren el peligro de que alguna profesora "monjil" los saque todo el rato.
En el caso de niños muy estudiosos pero con pocos amigos (hemos tenido un caso en sexto), se deriva al niño a realizar un programa de "habilidades sociales" durante una temporada. De todas formas, yo ya he visto que dicho programa sólo funciona a corto plazo porque la falta de sociabilidad va unida a una genética sin dobleces, una genética que reconoce sin tapujos que más de la mitad de los seres humanos son idiotas. El resto de personas, nos pasamos la vida disimulándolo y las más felices, ni siquiera son conscientes de ello.

Pacuelo dijo...

Me parece interesante lo que propones hermana, pero, ¿y esta gente buena en los estudios, que se relaciona bien con la gente, y hábil en los deportes? Yo, por ejemplo... ¿dónde compensa una parte a la otra? Será que al haber exceso de todas ahí es dónde está el equilibrio, o quizá con la modestia.
Bueeeeno, hay que poner un poquito de sentido del humor al lunes, además, como está la cosa de recortada veo difícil el que añadan cualquier materia que aumente gastos.
Un apartado de psicología también me parece interesante, para alumnos y en ayuda a los profesores, aunque la ayuda nos vendría bien a casi todos.
Besosss

Märkostren dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Märkostren dijo...

Cambiemos el orden de las palabras y nos explicaremos el porqué de muchas cosas que habitualmente tenemos que soportar:
"Lamente cultivar toda"... cuando en realidad, no cultivar toda, o al menos intentarlo, es lo peor que nos podia pasar y que desgraciadamente, a la mayoría de los estudiantes de mi generación nos pasó. Claro que algunos lo superamos y nos convertimos en personas normales, otros por desgracia, no lo consiguieron.