sábado, 22 de diciembre de 2012

BIZCOCHO DE TURRÓN

Aunque soy muy golosa, en Navidad me gusta el mazapán y el turrón de yema tostada y prescindo del resto de los dulces de esas fechas. A House le chifla el guirlache bueno, sobre todo si lleva anisicos de colores, que era como lo hacía su abuela y, a veces, nos tomamos un trocito de turrón duro (aunque sólo si consiste en almendras pegadas unas con otras sin apenas blanco entre medias).

Al final de las fiestas siempre queda alguna tableta de turrón blando pululando por casa que puede pasarse en su caja todo el resto del año. Lo único que cambia es su lugar en la encimera. Al cabo de los meses, a base de contemplarla y quitarla de en medio, mientras le buscaba un inexistente hueco en el que estorbase menos, pensé en utilizarla para elaborar algún tipo de postre. Podría haberla metido en uno de los armaritos, aunque en ese caso se habría pasado allí el resto de su vida útil, y parte de la inútil, completamente olvidada hasta que se nos ocurriese revisar su contenido. Se me ocurrieron diversas opciones para darle uso: disolverla con un poco de leche y un sobre de cuajada para rellenar una base de tartaleta que luego, incluso, podría haber cubierto con una segunda capa de la misma mezcla pero hecha con chocolate negro para conseguir un pastel bicolor, también ideé el cómo prepararla a modo de mousse e incluso me imaginé una versión de cheesecake de turrón, en la que sustituiría la maicena y la leche condensada por mi tableta. Finalmente me decanté por un amago de bizcocho. Me basé para ello en una receta de tarta de almendras de la abuela de una amiga para la que se necesitan ni más ni menos que 9 claras montadas a las que había que añadir las almendras y azúcar, y también puse parte de mi receta de tarta de Santiago, que es parecida aunque sólo usa 3 huevos, eso sí: enteros y sin montar. Mi razonamiento fue que, a fin de cuentas, el turrón es eso: almendras, azúcar y miel- Si funcionaba en los otros casos ¿por qué no iba a tener éxito con mi invento?

La primera vez que hice esta receta fue por mi cumpleaños. Aproveché que el pobre House estaba de guardia para poner la cocina manga por hombro y encender el horno, a pesar de que ya había empezado a hacer calor. Una cosa es cocer el pastel y otra es también hacer lo propio con House, cosa que no recomiendo en absoluto. Estuve pendiente de la evolución de mi obra y, aunque no me gusta abrir el horno con los bizcochos en los primeros 20 minutos, no me quedó más remedio que hacerlo en este caso porque se cuajó por encima y eso no le permitía subir bien. Con la punta afilada de un cuchillo rompí la fina película que se había formado, lo cubrí con papel de aluminio y continué el proceso hasta que me llegó el aroma a pastel cocido. Comprobé el punto antes de dejarlo enfriar dentro del horno con la puerta entreabierta. Ya a temperatura ambiente, lo empaqueté bien para transportarlo y experimentar el resultado con mis compañeros de hospital. Suponen una amplia muestra de conejillos de indias y están más que dispuestos a colaborar en este tipo de ensayos. El éxito fue demasiado rotundo, House no llegó a probar ni las migas.

BIZCOCHO DE TURRÓN

Ingredientes
1 paquete de Turrón de Jijona (blando)
1 bote de 9 claras del huevo del Mercadona  (en otras marcas, serían unos 300 cc de claras)
1 cucharadita de canela (al helado de turrón de Mari Nieves siempre le añaden canela y ese toque realza todos los sabores y lo convierte en delicioso. Si alguien decide hacer helado en verano con el turrón sobrante, conviene tener en cuenta este detalle).
Unas gotas de esencia de limón (o la ralladura de medio limón, con cuidado de que sea sólo de la parte amarilla para que no amargue)
No lleva harina. 

Elaboración
Triturar bien el turrón junto con 3 claras (unos 100 cc), de otro modo es imposible manejarlo.
Montar el resto de las claras a punto de nieve muy, muy fuerte (mejor hacerlo a temperatura ambiente o sobre un recipiente con agua hirviendo, sin que llegue a tocarlo, para que se queden bien firmes).
Añadir la canela, las gotas de esencia de limón e incorporar con cuidado el preparado de turrón para que no se baje el merengue.

Verter en un molde antiadherente, en mi caso usé uno con forma de corona, y cocer a unos 190º-200º unos 25-30 minutos (precalentar el horno previamente). Con el turrón de Jijona no necesité engrasar el molde (con otros turrones o con mazapán sí que hay que untarlo con algo de aceite o mantequilla para evitar que se pegue y se destroce al desmoldarlo).

Colocar la bandeja en una de las zonas más bajas del horno. A los 10 minutos se había formado una película que no dejaba que el bizcocho subiese. Para solucionarlo la rompí con un cuchillo. Corté un círculo paralelo al borde en la superficie (lo mejor es tener la precaución de hacerlo de antemano) y puse otra bandeja en una de las posiciones de arriba para que tapase el calor de arriba y evitar que se arrebatase. Aunque mi horno permite seleccionar diversos modos de calor, en realidad sólo cocina bien cuando lo pongo en una: con calor por arriba y por abajo. Afortunadamente en esa opción no falla y si no sale bien: "mea culpa".

Cuando esté listo se notará por el olor y el precioso color dorado que toma (pinchar para comprobar el punto)
Dejar enfriar dentro del horno para que no se venga abajo.

El resultado fue mejor de lo que me esperaba. Estaba buenísimo. La textura blanda, esponjosa y muy jugosa. No resulta para nada dulzón y pesado como el turrón, sino que conserva su sabor pero es mucho más suave y ligero. En vista del éxito, tendré que repetirlo y llevarlo a alguna celebración familiar. Estoy pensando en probar a hacerlo con turrón de yema tostada, mi favorito (y el de mi padre). Seguro que está aún más rico (al menos para mí).

2 comentarios:

Comas dijo...

Hola en casa hacemos algo parecido, con la receta del típico bizcocho de yogur, se le añade un huevo entero más, y cuando está la masa hecha se le añaden los restos, desmigajados o cortados, orejones, almendras, turron, polvorones,etc. (queda una masa densa) y el toque especial de la canela y ralladura de nuez moscada, se mete en el horno a 180º unos 40 minutos y al sacarlo y en caliente para que se evapore el alcohol, un buen chorrito de cogñac o kirsch.

Anónimo dijo...

no lleva nada de harina?