domingo, 13 de enero de 2013

En mis trece

Confieso que me gusta el número 13. Quizás sea una falsa impresión pero es una cifra que siempre ha tenido algún tipo de vínculo con mi vida. Para empezar 13 fueron los días que me adelanté al nacer con respecto a la fecha prevista. 13 es el número de pisos de la casa de mis padres y también de la mía, aunque eso es algo habitual en Madrid cuyos arquitectos, definitivamente, no son supersticiosos. 13 era el número que figuraba en la puerta del trastero e incluso mi número de empleado, que tengo desde hace 13 años, insiste en el 13. Mi apellido empieza por la letra que ocupa el puesto 13 del abecedario y ese ha sido también mi lugar correspondiente dentro de la lista de la clase del colegio en más de una ocasión. Independientemente de que exista o no una conexión, la sucesión de coincidencias no deja de resultar curiosa.

En homenaje al primer 13 de este año 13 he decidido escoger mis 13 posts favoritos aunque, para que sea más variado, los elegiré de diferentes secciones. Me conozco y sé que, si me concedo rienda suelta, la mayoría se incluirían dentro de mis arrebatos románticos. Es algo irremediable, si alguno aún no lo ha notado formo parte de la subespecie de románticos incorregibles. Aquí va mi lista con sus correspondientes enlaces.

1. El primero, mi favorito es, lógicamente: Lo mejor que me ha pasado. ¡En fin! Los que conocen a House me entienden.

2. Quizás sea una pequeña trampa pero como el anterior encaja en la sección de House, aún puedo seleccionar una entrada entre las de mis Arrebatos románticos. "La belleza de lo efímero" es mi preferida.

3. Entre los recuerdos me quedo con "Una jornada en la granja" y la casualidad del cuadro de Gianni Strino que tánto se parece a mi abuelo.

4. En las de cumpleaños me encanta la que me dedicó mi padre sobre El cariño.

5. De los cuentos no tengo ninguna duda. El cuento de Esther para Sole es mi favorito indiscutible.

6. De entre las entradas médicas me identifico especialmente con la de Reglas de sangre. La concentración de las cirugías, el alivio tras resolver una urgencia, tras salvar una complicación, es una sensación única entre la superación y el miedo difícil de describir.

7. Mi entrada más Grumpy es en la que doy rienda suelta a mis instintos sanguinarios no quirúrgicos. Creo que mi jefe debió de leerla y desde entonces procura saciar mis ansias dentro de la programación quirúrgica.

8. Un Desahogo en pleno estallido premenstrual: La tiranía de las hormonas. Real y traumático como la vida misma, aunque el mejor momento para preguntarle a la mujer si tiene uno de esos malos días en los que se combina el mal genio, el hambre, el dolor, la hinchazón y la incomodidad, no es precisamente en pleno apogeo hormonal. No todas las féminas tienen ni el aguante ni la autocrítica suficiente en esos instantes para aceptar críticas de buen grado.

9. En la sección de Arte, no sé si por tenerlo reciente, me quedo con mi completo paseo de van Dyck, Martín Rico y los cubistas de Telefónica con la maravillosa figura de Juan Gris. Es cierto que después he visitado más cosas: Gaughin (el pintor que se buscaba a sí mismo con el fin de desvelar el misterio de la felicidad en los rincones más remotos del mundo, y que nunca llegó a encontrarse), la casa de Alba en el edificio de Correos (con obras maravillosas a pesar de su pésima iluminación que las cubrían de reflejos que impedían mirarlas directamente de frente para poder apreciarlas), la magnífica muestra de Cartier (con sus impresionantes diamantes y en la que el dudoso gusto de algunas estrellas pone en evidencia que el dinero no compra la clase. Se excusarían en Navidad, si lo que se pretende es parecer una decoración propia de las fiestas, aunque había casos que no se salvaban ni siquiera en esa época). Repetí a Juan Gris y me gustó todavía más que la primera vez.

10. Entre las recetas, una con mucho cuento ¿por qué no?: En el pellejo de una patata.

12. Si hablo de libros me cuesta escoger. Está el mago de las palabras, el genial Ray Bradbury y su Fahrenheit 451 que se refiere a libros prohibidos y de cómo los libros transforman la vida de las personas. Cualquier buen libro deja su huella en el lector, pasa a formar parte de él, le transporta a otro lugar, a otra época, e incluso le hace conocer un poco a su autor que ha dejado entre las páginas un trozo de sí mismo. He escrito recientemente sobre Erri de Luca. Sin duda sus palabras tienen ese poder.

13. Por último, el número 13, el misterioso número del Destino. Aquí dejo de nuevo esta obra maestra, un verdadero sueño:



1 comentario:

Anónimo dijo...

Estoy contigo,prima, el 13 es uno de mis números preferidos.
Yo no tengo una verdadera razón, ni es un número que se repita demasiado en mi vida...pero me gusta.
Y estoy contigo, tambien el cuento de Esther es mi preferido.
Un beso
Sole