jueves, 3 de octubre de 2013

Últimos coletazos

A pesar de los contratiempos, y de los denodados esfuerzos de los hados del post anterior, he salido de casa, y no sólo a hacer la compra. Sí, milagrosamente me ha dado tiempo a algo más. Le prometí a una amiga pasarme por una tienda por el Mercado de Fuencarral, reconvertido en Centro Comercial. No lo conocía y me ha parecido muy interesante. Es diferente, no tiene las omnipresentes marcas del resto de los centros sino cosas mucho más originales con precios más que asequibles. Mi sorpresa ha sido encontrar un pequeño local, "Arte del Mundo", en cuya vitrina estaban expuestas las pulseras de neopreno protagonistas de mi aventura en  Claudia di Paolo (tras descubrir cuánto le habían gustado a sobrinísima). Justo enfrente estaba la tienda que mi amiga me recomendó. Se llama remembeR y su ropa tiene un aire vintage (como casi todo lo del Mercado). Sus diseños parten de las líneas de los años 40 que han reconvertido con estampados más actuales y colores más alegres. La ropa clásica siempre es un fondo de armario y su resistencia a las modas y al paso del tiempo es por algo: favorece. Es femenina, cómoda, fácil de llevar y no se precisa una ocasión especial para lucirla, aunque también se adapta a eventos. A esos precios es, además, irresistible.

La mañana invitaba a callejear y mi paseo me ha llevado hasta la C/ Jorge Juan donde me esperaba otra agradable sorpresa: ¡If está de Outlet! No en su pequeña tienda sino en el local de al lado, donde se ubicaba "M" (calzado de diseño español). Por supuesto no podía desperdiciar la ocasión, que sólo durará hasta este sábado, y he investigado a gusto. Todo: botas, bolsos, cinturones, zapatos, tiene un 70% de descuento, o incluso más. Los restos de los últimos números oscilan entre 50 y 100 euros (según la marca), y los de temporadas pasadas se quedan en 30. Es posible que alguno piense que eso no suena a chollo, pero lo es cuando se refiere a If. Allí los diseñadores se precian, en el más amplio sentido de la palabra, y los zapatos se consideran joyas y cuestan como tales. Es cierto que son distintos, tan especiales que no hay nada que se les parezca y el Outlet es algo excepcional y merece la pena aprovecharlo. Hay verdaderas maravillas.

No sé si gracias a mirar zapatos he recordado tenía que recoger unos del zapatero. Los dejé antes del viaje a Ginebra y se me había ido el santo al cielo. Lo que sí se me había olvidado por completo es dónde demonios había metido las llaves y la tarjeta del hospital. Las guardé muy bien guardadas para no perderlas. Siempre que hago eso con cualquier cosa, la pierdo, y esta no ha sido la excepción. Me ha tocado revisarme todos los bolsos (y son unos cuantos). Las llaves han aparecido enseguida. No así la tarjeta (y sin ella no puedo aparcar). Cuando estaba a punto de llamar a la asistenta por si la había visto (la pobre ya podía hacer memoria, que seguro que no) la he encontrado en un compartimento escondido de mi cartera que, por supuesto, había revisado. Ya se sabe, no hay mal que por bien no venga. En este caso me ha servido para hacer limpieza de papeles acumulados.

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