sábado, 30 de enero de 2016

Un libro tras otro (1)


It doesn't matter. I have books, new books, and I can bear anything as long as there are books. Jo Walton

Leo, leo y leo, no exagero. Bendito Kindle que me permite tener miles de libros sin llenar la casa de ellos, porque los que tengo ya no caben. De vez en cuanto me siento al ordenador y pierdo el tiempo, ante la pantalla es muy fácil distraerse y acabar mirando cosas que, de otro modo, jamás me interesarían los suficiente como para preocuparme por ellas. Dejo de leer, pero el libro enseguida me llama.

Algunos libros los termino en una tarde, con otros tardo un par de ellas, algunos me llevan incluso casi una semana, que luego compenso durante el fin de semana en el que le doy un empujón a mi lista de lecturas que, por otro lado, no hace más que crecer y crecer. Una lectura te lleva a otra y la bola crece al igual que una pelota de nieve mientras rueda por la ladera de una montaña. El delirio lector se asemeja a estar dentro de esa gigante bola de nieve mientras todo lo de alrededor da vueltas y más vueltas al tiempo que crecen las capas de páginas que te envuelven.

No puedo escribir una reseña en el blog de cada libro que leo, pienso en hacerlo pero me da pereza y, sinceramente, no me apetece imponerme esa obligación. No leo para escribir un análisis de mis lecturas sino para disfrutar y perderme en la magia de las palabras porque, si algo tienen los libros bien escritos, es que son mágicos. Lo que sí hago últimamente es escribir mi opinión en amazon con el propósito de llevar la cuenta de lo que leo porque, de otro modo, me sería imposible escribir este post.

¿Qué he leído desde mi último post al respecto, nada menos que en el mes de noviembre? Tuve una racha en la que me dio por García Márquez. Me interesé por su biografía en "Vivir para contarla" en la que con su característico realismo mágico, narra su infancia, los orígenes de Macondo y sus comienzos literarios. Después de aquello, lo lógico era leer "La hojarasca" y eso hice. Me encanto. Es como regresar a un capítulo de Cien años de soledad, a una habitación en penumbra en un pueblo perdido en la selva, junto a la humedad del río, en una reflexión sobre el pasado y la muerte. Hace mucho tiempo leí "El coronel no tiene quien le escriba" y entonces no me convenció. Decidí darle una nueva oportunidad que ha servido para ratificarme en mi opinión de que lo mío no son las peleas de gallos y me cuesta conectar con esa obra, hay demasiada miseria. "Memoria de mis putas tristes" sobre el amor casi paternal de un anciano por una adolescente, virgen y asustada, me resultó entrañable, es el mismo romanticismo que respira "El amor en los tiempos del cólera" (que leí hace años). Sobre la prostitución, aunque de un modo más cruel, y también más divertido, trata también "La increíble y triste historia de la cándida Edelmira y su abuela desalmada", un relato entretenido muy fácil de leer. Otra versión de la vieja profesión, en este caso sin amargura y en clave de humor, es la de Stephan Zweig en "Las hermanas", otra de mis lecturas de estos meses. Zweig posee un verdadero don a la hora de transmitir los conflictos emocionales de sus personajes, ya sea en clave trágica, romántica o simplemente con descripciones de comportamientos competitivos y contradictorios como en esta comedia de dos gemelas iguales y supuestamente distintas.

No sé si, ya que estamos con el realismo mágico, "Sueños de sueños y Los tres últimos días de Fernando Pessoa" de Tabucchi, se podría encajar en este estilo, porque la atmósfera es más surrealista. La primera parte, "Sueños de sueños", es un libro onírico, casi digno de un psicoanálisis, en el que el autor imagina, relato a relato, los distintos sueños de personajes a lo largo de la historia, desde Ovidio hasta Pessoa y Freud. En "Los tres últimos días de Fernando Pessoa" el autor se encuentra con sus heterónimos y describe la influencia que han tenido en su vida y su obra. La prosa es relajada, casi poética y el libro, breve, resulta muy interesante. Sin duda Pessoa era un personaje de lo más curioso, aunque es probable que también fuese demasiado complejo y no creo que sus múltiples personalidades contribuyesen a su felicidad.

(continuará, que esto es solo el comienzo)

No hay comentarios: